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viernes, 10 de abril de 2015

Fórmulas

Una fórmula es – explicó el profesor- una estructura prefijada. Es algo que se dice automáticamente, sin ningún valor emotivo por parte del emisor. Se suele considerar que las más comunes son las fórmulas de cortesía, por ejemplo que tenga un buen día o es un placer conocerle. Hay fórmulas como perdón o gracias que también son muy repetidas. Sin embargo hay muchísimas más. Nosotros usamos fórmulas continuamente. Durante el día decimos un gran número de cosas que realmente no estamos pensando. Cuando al acabar la clase os digo que tengáis un buen día, ni yo ardo en deseos de que os lo paséis bien ni vosotros os paráis a pensar que realmente os lo estoy deseando. Es solo una fórmula.
Vosotros aún sois jóvenes. Aunque vivís rodeados de fórmulas no las emitís constantemente porque vuestras vidas no están atenazadas aún por la rutina. Seguramente no sepáis lo que es ir al entierro del padre de un amigo tuyo del instituto que no ves desde hace diez años y decirle te acompaño en el sentimiento. Si no se lo dices parecerás despreocupado y sería socialmente inaceptable, y si lo dices cumplirás tu papel, pero serás un mentiroso. Lo más probable es que no le acompañes en el sentimiento. Seguramente tenías mejores cosas que hacer que ir a un entierro de un señor de 95 años que prácticamente no conocías. Pero ahí estás, mintiendo.
Cuando tu mujer cada noche en la cama justo antes de apagar la luz para dormir te dice te quiero y tú le respondes cerrando el libro y quitándote las gafas y yo a ti, estás siendo un simple hipócrita. Estás pensando en el misterio del libro, buscando la funda de las gafas u ocupando la mente en cualquier cosa, pero tu cerebro no te está diciendo joder, la amo. Hemos asimilado la situación, hemos hecho un pacto tácito por el cual cada noche nos vamos a decir que nos queremos, aunque realmente no lo estemos pensando. Algún día probad a no responder el y yo a ti. Se crea una situación desesperadamente incómoda que solo se puede evitar con la fórmula.
Supongo que habréis entendido lo que quiero explicar. Vivimos rodeados de fórmulas, las cuales damos y recibimos constantemente. Son frases que con solo existir nos hacen la vida más fácil, nos ahorran malas caras y situaciones desfavorables para nosotros y ocultan nuestra realidad de personas indeseables para esta sociedad.

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