-Ahora siento que cada minuto que pasé
contigo o pensando en ti fue tiempo tirado. Noto que ya no podemos
hablar como antes, que nos entendíamos casi con la mirada, que
éramos la envidia de todos. Ya ni me coges la mano cuando vamos por
la calle, ni me abrazas cuando te vas a dormir. Creo que ahora
aborreces mi existencia, vives en un plano ajeno al mío. Tu gravedad
y la mía son opuestas y se evitan. Ya no hay miradas
tranquilizadoras, tampoco miradas excitantes. Solo el pasotismo de la
rutina que nos aplasta y que tenemos que cargar como Sísifo en la
montaña. ¡Qué nos ha pasado! ¡Qué puede ser tan odioso como para
romper algo tan fuerte como lo que teníamos! ¡Qué son estos días
sin amor, qué será el resto de nuestras vidas! ¡Explica tus
razones! ¡Habla!
-Y tú más. Gordo de mierda.