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lunes, 16 de marzo de 2015

Polvo eres

Desde pequeña le aterrorizaba la posibilidad de que la enterrasen viva, así que decidió vivir en las alturas. En un bosque cercano se hizo una casa en un árbol. Un día descubrió que tenía un vecino con el mismo miedo y la misma decisión de vivir en el aire. Se mudaron juntos a una casa más grande en un árbol más alto y prometieron no enterrarse vivos bajo ninguna circunstancia. Quisieron casarse pero todos los curas eran demasiado viejos como para subir al árbol y ellos no podían bajar, así que nunca lo hicieron oficial.

Con ochenta años decidieron poner fin a sus vidas para asegurarse de que su temor no se hacía realidad. Se tomaron el veneno y con una sonrisa y cogidos de la mano se despidieron del mundo. Las familias recibieron las notas de suicidio y procedieron a enterrar los cuerpos.

Cuando abrió los ojos, todo era oscuridad y en la caja no quedaba mucho oxígeno.

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